CAMINO DE SANTIAGO - ayto-valdes
El Camino de Santiago en Valdés
El camino de Santiago entra en el Concejo de Valdés, dejando atrás el de Cudillero, cruzando el río Cabo. Sobre este rio de aguas transparentes, que delimita ambos Municipios, hay un puede de piedra del que se tiene noticia era, primitivamente, de madera y su paso se hacía peligroso, debido a su frágil estructura y a que el camino, en ese punto, se acerca mucho al mar y, cuando hay grandes marejadas, las olas suben río arriba hasta llegar al puente.
Este puente (en su época de madera) era famoso entre los peregrinos franceses, que le dedicaron canciones, y en ellas se refleja el miedo que infundía su paso. A él se referían como “le Pont qui tremble” (el puente que tiembla).
Baste, a modo de ejemplo, la siguiente:
Quand nous vinsme au pont qui tremble Nous étions bien trente ensemble Tant de walons qu´allemande Et nous disions, “s´il vous semble Compagnon marchez devant” |
Cuando llegamos al Puente que tiembla Eramos más de treinta juntos Tanto de valones como de alemanes Y nosotros dijimos, “si os parece Compañeros marchad delante” |
Después de cruzar el puente empieza la subida a TABLIZO, atravesando un frondoso bosque de castaños, abedules, robles, acebos etc. Que, en algunas ocasiones, el entrecruzarse sus ramas formas un verdadero túnel.
Por esta localidad, pequeño núcleo rural, el camino discurre entre campos de labor y a considerable altura sobre el nivel del mar; esto permite contemplar una panorámica de acantilados de gran belleza, que se vuelven a ver desde RIBON, pueblo de características similares a las de Tablizo.
En el tramo que une estos dos pueblos el camino es de difícil recuperación, ya que unas veces es cortado por la carretera general, otras por la vía del tren y en algunas ocasiones coincide con ambas.
A la salida de Ribón, en el lugar que llaman “la pasa´l vao”, recuperamos el camino entre pinares, aunque la maleza hace que en determinados tramos el camino quede casi atrapado.
Al término de este y después de cruzar la carretera general, llegamos al camino de los “carvallinos”, que baja, entre castaños, hasta un pequeño puente de piedra sobre el arroyo Pedreo.
Aquí se inicia la subida a CADAVEDO.
Cadavedo es un pueblo muy extendido. Prácticamente todos sus habitantes dependen de la labranza y de la industria maderera. Las casas son vivienda unifamiliares de una o dos plantas y se alternan las casas de labor con casonas, casas indianas o modernos chalets.
En el pueblo nos encontramos con la casa natal de Casimiro Cienfuegos Rico. Esta casa es, posiblemente una antigua venta, ya que su estructura, tanto interior como exterior, es característica de ese tipo de construcciones. A unos cien metros de la misma hay una finca llamada “ prao del hospital”, por haber estado situado allí un hospital de peregrinos, del que no quedan vestigios, aunque sí documentación.
Todo el tramo del Camino de Santiago a su paso por Cadavedo, está en perfectas condiciones, ya que su trazado coincide con los lugares en que se asentó el pueblo, atravesándolo de un extremo a otro.
Atrás dejamos Cadavedo y, casi sin solución de continuidad, llegamos a VILLADEMOROS, pueblo campesino en el que está situada la “Torre de Villademoros”, declarada Monumento Provincial de Interés Histórico-Artístico el 24 de Marzo de 1961 y, junto a ella, una casa-palacio, actualmente en estado ruinoso.
Dejamos atrás la Parroquia de Cadavedo y llegamos a la de Canero. Ridibú y el arroyo Ricante son los dos pequeños ríos que delimitan de Este a Oeste, la Parroquia de San Miguel de Canero y la separan de sus dos vecinas: Cadavedo y Barcia.
El Camino de Santiago discurre a través de pueblos próximos al mar y se conserva con frecuencia, ya que es utilizado para el servicio de explotaciones agrícolas.
Cruzando Ridibú (Rio del Buey), entramos en QUINTANA, pueblo en el que se encuentra la Capilla de Ntra Sra de la Concepción. Según tradición oral y avalada por restos de muros, parece ser que fue Iglesia y que gozó de gran prestigio. En su interior alberga un bello retablo barroco, de gran colorido y profusamente decorado. En la hornacina central se sitúa la Virgen y en la parte superior se encuentra el escudo de los Rico. Sobre el altar se sitúan dos santos tallados en piedra y con rasgos góticos Ambos utilizan túnicas y uno de ellos lleva sobre la cabeza turbante y medallón a la usanza mora. El conjunto es formidable y digno de tener en cuenta.
Nuestro camino continúa en SAN CRISTOBAL, por el barrio de la Cruz. Llegamos a una pequeña capilla dedicada a Santiago Matamoros, que alberga una bella imagen del santo, flanqueada por una de Ntra. Sra. de la Nieves y otra de San Cristóbal, patrono en principio, de los caminantes y hoy de los automovilistas.
Al sendero que da acceso al vecino pueblo de QUERUAS se le conoce con el nombre de “Camín de la Venta” por haber existido allí una venta al servicio de peregrinos. Muy cerca se encuentra una pequeña capilla dedicada a la veneración de los padres de la Virgen: San Joaquín y Santa Ana.
Siguiendo el camino bajamos al VENTORILLO, ascender por una dura pendiente a la explanada donde se ubica la actual Iglesia de San Miguel de Canero, su rectoral, en estado ruinoso, y el cementerio parroquial.
Esta Iglesia fue construida entre 1.789 – 1800. Tiene planta de cruz latina, con presbiterio poligonal, naves abovedadas y pórtico. Cuenta también con espadaña.
San Miguel sustituye al antiguo cenobio ubicado en el VALLE DEL ESVA, el Monasterium Sancti Micaelis de Canero”. Dicho monasterio fue fundado por los condes Xemeno Xemeniz y Arangoti, padres del conde Piniolo, fundador de Corias. De estos lo heredó su hijo Sancho quien lo dio a su hermano para que lo incluyera en la dotación fundacional de Corias.
El monasterio estaba obligado a entregar parte de sus ingresos a Corias en reconocimiento de señorío y a cambio de una cierta autonomía de gobierno.
El emperador Alfonso VII, hacia 1130, concede el coto al Monasterio, estableciendo sus límites.
Todos los habitantes de las tierras, villas y lugares comprendidos entre el rio de Luarca y la Villa de Mauros debían dar diezmos y primicias al Monasterio de Canero y sepultar en él sus cuerpos y lo mismo los que poblaban los dos tercios de su Cristóforo que correspondieron a dicho cenobio.
Según la crónica popular, en él se veneró a San Martin.
Dejamos el enclave monástico y un camino empedrado nos lleva a CUEVA.
El último tramo de la Parroquia de SAN MIGUEL DE CANERO transcurre por la parte alta de CAROYAS, donde se encuentra una venta que fue apoyo de peregrinos y caminantes.
RUTA INTERIOR: VENTA DE CRUCES- BARCIA
Esta ruta, de gran belleza paisajística, donde se suceden los valles y las montañas, compuesta, fundamentalmente por carvallos y castaños, así como por algunos fresnos, hayas y otras especies, se inicia en VENTA DE CRUCES, Lugar, (que no localidad) así denominado por la existencia de dos ventas en la confluencia no sólo de varios caminos (cruces), sino también de dos Concejos: el de Salas y el de Valdés.
Desde aquí, a través de un camino recto y llano, que contrasta con la pendiente de las praderas situadas en las faldas de las montañas, llegamos a BIESCAS, pueblo situado a bastante altura sobre el nivel del mar, con un hermoso paisaje de montaña y donde podemos contemplar un edificio verdaderamente original: una “casa-muralla”, en la que ésta constituye una de las paredes de la casa.
Existió, en otro tiempo, una venta, de la que hoy sólo quedan ruinas, y también una panadería, que es muy probable que haya tenido que ver con el aprovisionamiento de, entre otras personas, de los peregrinos que por allí pasaban.
Los vecinos tienen en gran estima la Capilla de S. Juan y los Apeos de Cepeda del S. XVIII, hace referencia a la ermita de S. Juan de Braniego, con propiedades en Ferrera de los Gavitos, cuyos vecinos debían pagar rentas a los de aquella localidad.
Prosigue nuestro camino por el ya citado pueblo de Ferrera de los Gavitos, en el que destaca el Palacio del Marqués de Ferrera, propiedad del marqués del mismo nombre, junto al que existe una panera cuyos pegoyos apoyan directamente en el suelo.
Podemos contemplar un arco del estilo de los famosos de Brieves, que une una casa y una panera, y, muy cerca de las Escuelas, se encuentra la Capilla de Santiago, con una imagen de Santiago Matamoros.
El camino de Santiago a su paso por esta localidad concluye en la casa denominada “LA DEBOLLADA” o “LA VENTA”, que debe su nombre a haber existido allí una venta. En la actualidad, se encuentra rehabilitada y habitada.
Desde Ferrera de los Gavitos seguimos a MUÑAS DE ARRIBA, iniciándose en esta localidad en el barrio de “LA VARA”.
El nombre de Muñas fue puesto por los Reyes de Asturias para honrar la memoria deDon Munio, nacido en el año 801 “en Muñas, en el barrio de Villagermonde”.
Se divide en Muñas de Arriba, de la Parroquia de San Juan, y de Abajo, de la de Carcedo.
Su paisaje es muy variado, sucediéndose espacios entre estribaciones montañosas y zonas cultivadas aisladas por superficies arboladas y, dentro del clima de Valdés. Se beneficia de un microclima particularmente favorable.
Destacan, en Muñas de Arriba, la Iglesia de S. Juan, del Siglo XIX, y dos casas encuadradas dentro de la llamada arquitectura “ de indianos”: “ La Torre de Arriba” y la “Torre de Abajo”.
El campo de la Iglesia puede considerarse uno de los recibos mejor logrados del Municipio. La plaza tiene planta angular, elevada sobre la carretera mediante muros de contención y está abrigada al norte por el cuerpo del templo, que ocupa la posición principal.
A través del barrio de “La Vallina” llegamos al de Magranes de Abajo”, ya en MUÑAS DE ABAJO, desde donde, cruzando la actual carretera llegamos al de la “Parejúa”, dejando atrás esta localidad y adentrándonos en la de CARCEDO, donde destaca la Iglesia de S. Pedro, del Siglo XVIII.
Si dejamos por un momento nuestro camino y tomamos, en el barrio de “La Barrera”, tirando a mano derecha., la carretera de La Cadorna, encontramos, a unos 2 Km., el área recreativa denominada “La Trapa”, un auténtico lugar d descanso para el peregrino, rodeada de vegetación, con la ermita consagrada a Ntra. Sra. de Lourdes, inaugurada en 1939 por el P. Galo, de Cadavedo.
Retomando el camino en “La Barrera”, seguimos a la izquierda y a través de “La Fervencia”. Llevamos a BRIEVES, cuya antigüedad queda probada por ser (en el Siglo XI) una de las propiedades de la dotación fundacional del Monasterio de Corias, localidad conocida en esa época con el nombre de “UEBRES”.
En ella destaca la casa denominada “La Torre”, de época medieval, propiedad de la familia de los Abella, frente a la cual aún se conservan restos del antiguo camino empedrado. Ere, al igual que las demás torres asturianas de esa época el sustituto del castillo, cuando los pequeños señoríos no tenían entidad suficiente para crearlo.
Merecen especial mención los arcos que unes los hórreos y paneras con las casas de labranza, bajo muchos de los cuales pasa el Camino de Santiago.
José de Inclán Valdés hace referencia, en 1797, a la continuación del camino por San Feliz a través del río: “sigue este camino a Brieves de la Parroquia de Trevias donde hay un rio con barco y está al poniente de dicho lugar oriente al él, otro puente de madera”.
Los peregrinos también podrían llegar a San Feliz a través de Trevias, donde existió, en el lugar en que hoy está emplazada la Iglesia Parroquial, un Monasterio, pasado desde esta localidad a Lendelabarca.
Una inscripción conmemorativa de la consagración de la Iglesia de San Miguel de Trevias, que se encontraba en el pórtico de la misma, sobre la puerta de entrada corresponde al 21 de Marzo del año 1000.
Al dejar Brieves, y una vez cruzado el río, iniciamos la subida a San Feliz, atravesando proados ligeramente pendientes, desde los que se divisa una magnifica panorámica del Valle de Brieves.
En san Feliz visitamos la Capilla de Santa Isabel, en un ambiente rural de casas, hórreos y paneras.
Sigue el Camino de Santiago por la carretera que atraviesa el pueblo, para llegar a la Braña de Lago (a 416 metros de altura sobre el nivel del mar). Es carretera de montaña, poblada de especies arbóreas de pinos y eucaliptos, así como de matorral: brezales y tojales.
Tenemos en Lago el paisaje característico de las brañas, Se caracterizan estas por estar en zona de alta montaña, pardos pendientes cercados por muros de piedra, vivienda, también de piedra. De Planta cuadrada o rectangular, con tejados de pizarra de tres o cuatro aguas, y ventanas pequeñas a veces enmarcadas por dinteles de piedra. Se dedican, sobre todo, a la ganadería y en menor medida a la agricultura.
Desde Lago tomamos la carretera, a la derecha, que nos llevara al paraje denominado “Ambasvias”, situado en un alto entre Argumoso y Carlangas, y en donde existió antaño un Hospital de Peregrinos, según parece fundado por las monjas de San Pelayo (así consta en documento fechado en 23 de Agosto de 1587) Una vez dejado Ambasvias, andamos durante 45 minutos por pista de tierra, mientras disfrutamos de las maravillosas vistas de toda la comarca hasta el mar (Caroyas, Cabo Busto,…).
Hecho este recorrido llegamos a la Ermita de San Antón de Concilleiro. Concilleiro significa “Sitio de paso” y fue lugar de trasiego de peregrinos, caminantes y arrieros que viajaban por el Camino Real. Hubo aquí venta, parada de postas, etc. Hoy encontramos alrededor de la Ermita construcciones de piedra del tipo de las descritas anteriormente como típicas de las brañas.
Desde San Antón de Concilleiro iniciamos el descenso por el Monte de Barcia, a través de un camino perfectamente trazado y despejado, a la sombra de abundante arboleda y vegetación. Al Término de este camino nos encontramos en Barcia, en plena rasa litoral, punto en que esta ruta del interior, que viene de Venta de Cruces (limite con el Concejo de Salas) se une a la de la costa que viene desde el Rio Cabio (limite con el Concejo de Cudillero).
TRAMO BARCIA – LUARCA
Tras la reunificación de las dos rutas, se llega a la localidad de Barcia, importante núcleo de poblamiento disperso y muy próximo a Luarca.
En Barcia, existió un Hospital de Peregrinos y una Casa Conventual ( conocida en la actualidad como”Casa de la Reverenda”). Que desapareció como tal convento con la desamortización.
En la Iglesia de San Sebastián de Barcia se venera una imagen de la Virgen de las Nieves o “Virgen de la Leche”, talla gótica del Siglo XIII. Asimismo, desde el siglo XII, en documentación referente a San Marcos de León figura la Villa de Barcia como donación del Rey Fernando II a la Orden Militar de Santiago.
Desde Barcia se prosigue por el denominado “Camino de la Magdalena” hasta la localidad de Barcellina. Entre este núcleo y el Barrio de Villar se concentra, hoy, una zona arquitectónica muy interesante, con un predominio de la denominada “Arquitectura de Indianos”, así como magníficos ejemplos de arquitectura modernista y ecléctica.
Continuaban los peregrinos por la Carril hasta la Puerta de la Villa, que era la entrada natural de Luarca hasta el siglo XIX.
En su bajada, a través de la Calle Olavarrieta, pasaban por debajo del Arco Bayón, que forma parte de las construcciones del Palacio del Marqués de Ferrera.
Los peregrinos descendían por los Escalerones y se desviaban a la izquierda, dirigiéndose a la popularmente llamada “Plaza de los Huevos”.
Podían, también desviarse a la derecha, a través de la Calle del Lobo, hacia el Hospital de peregrinos que estaba ubicado muy cerca de la Iglesia Parroquial.
Desde la “Plaza de los Huevos” atravesaban el Rio Negro por el llamado Puente del Pilarín y accedían a la Calle del Crucero (denominada así porque en sus inmediaciones se encontraba un magnifico Crucero que recientemente, se trasladó a las proximidades de la Iglesia Parroquial.
Tras atravesar la calle del crucero (de clara procedencia medieval) accedían a la actual Plaza de los Pachorros ( popularmente”La Farola”). Desde allí iniciaban la subida de la Calle de La Peña, históricamente empedrada con cantos rodados, y salían de la Villa al llegar al Barrio del Chano. En el ascenso de esta calle los peregrinos podrían admirar por última vez una hermosa panorámica de la Villa de Luarca.
Dejando Luarca, por la Calle de la Peña llegamos al CHANO, donde en el conocido como “Cruce de La Vicha” una casona nos recuerda, por su tipología, su posible utilización como albergue de peregrinos.
Volviendo atrás por la senda que nos lleva al OTERO, desviando nuestra mirada podemos contemplar el Palacio de San Justo.
En la puerta de su Capilla los clavos en forma de Vieira o venera recogen la tradición jacobea.
En su interior encontramos una talla de San Juan Bautista decapitado, obra del siglo XVII – XVIII, una bula de la Santa Cruzada, concedida por Pio VI, y, en los jardines una lauda dedicada a Gaspar Menéndez de Luarca, padronero de esta Capilla en 1581.
Retomando el camino, visitamos la antigua Iglesia de SANTIAGO y el cementerio adyacente, hoy en ruinas.
Esta antigua iglesia, de la que tenemos noticias desde el siglo X, por donaciones de Fruela II a la Iglesia de San Salvador de Oviedo, constaba de una sola nave, de cabecera recta, con capillas laterales y posible cubierta de bóveda de cañón. El dintel de la puerta principal está formado por una losa sepulcral de probable procedencia de un sepulcro de algún caballero peregrino.
La Lauda-dintel se divide en dos partes: en la superior, un blasón y una espada; el blasón contiene tres cuarteles: en cada uno de los superiores figuran dos veneras o vieiras y en la inferior una sola. La espada está a la derecha y en la mitad inferior del cuartel una cruz.
Salimos de la iglesia antigua de Santiago y, tras atravesar un pequeño puente, continuamos hasta TABORCIAS, donde la tradición documenta un crucero que indica el camino al peregrino.
A mano izquierda del camino contemplamos un magnífico ejemplo de arquitectura civil asturiana: el palacio de los Sierra y Abello.
Continuando a Cabornas, llegamos a la parroquia de OTUR.
El lugar de Otur, asimilado legendariamente en su topónimo a los hechos de príncipe del mismo nombre, famoso en las sagas normandas, parece no tener ninguna relación con ello, figurando en la documentación altomedieval como hacienda del Conde Sancho Jiménez y, cedida a su hermano Pi9niolo, forma parte de la dotación fundacional de San Juan Bautista de Corias, en el año 1044.
Cerca de la Iglesia parroquial, en el barrio denominado “El Carral”, se encuentra el priorato benedictino de Otur, dependiente del Monasterio de Corias.
Unos pocos metros más allá encontramos, en nuestro camino, un cruce con los restos de una antigua posada de peregrinos, que, por su situación cercana al monasterio bien pudiera pertenecer a un complejo núcleo monacal.
Al final del pueblo de Otur, en el tramo de “Los Remedios”, encontramos la capilla de Santa Isabel, recientemente restaurada.
Desde aquí, bajando a la carretera general por un pequeño camino, llegamos a las Hervedosas, a través dde un sendero a nuestra derecha, que nos conduce por el Monte Faro, donde podemos observar restos de una antigua calzada romana, hasta el Bao.
Así, al final de nuestro camino, llegando al rio Barayo, nos encontramos con una antigua malatería, hoy perteneciente al Concejo de Navia, pero en otro tiempo al de Valdés.
El Camino de Santiago en Asturias
El Camino de Santiago en Valdés